Por Traci Ralston, la madre de Micah
En otoño de 2013, tenía 8 años y acababa de terminar su primera temporada de fútbol americano; le encantaban los deportes de todo tipo, construir con Legos, la historia y la ciencia. Era lo que podría denominarse un "alma vieja".
Unos dolores de cabeza extremos nos llevaron a urgencias, donde nos diagnosticaron un tumor cerebral a las 11 de la noche de noviembre. A la mañana siguiente, Micah tuvo que someterse a una operación de urgencia para aliviar la presión del cerebro, que fue la primera de muchas operaciones para tratar el tumor cerebral y comenzar nuestro curso acelerado para aprender a vivir con todas las enfermedades crónicas y potencialmente mortales que causaría, incluso después de su extirpación. Tras 18 meses de escáneres limpios, el tumor reapareció, lo que obligó a Micah a someterse a 30 rondas de radioterapia cerebral.
Una de las enfermedades que padece Micah (diabetes insípida) le impide regular el equilibrio de líquidos de su cuerpo. Hemos estado entrando y saliendo del hospital, incluso hemos estado en la UCI varias veces debido a las dificultades con este problema, además de muchas otras cosas.
Más recientemente, Micah sufrió un derrame cerebral masivo y debilitante que dañó 75% del lado derecho de su cerebro en noviembre de 2018 debido a un desequilibrio de fluidos. Este accidente cerebrovascular nos mantuvo en el hospital y rehabilitación durante más de tres meses. Actualmente está volviendo a aprender a comer, caminar, hablar y, lo que es más importante, está aprendiendo a vivir en un mundo oscuro debido al hecho de que el accidente cerebrovascular le quitó la vista. Su equilibrio de líquidos sigue siendo difícil de controlar, por lo que tenemos que ir al laboratorio o a urgencias cada semana para que le hagan análisis de sangre, además de controlar todas sus demás enfermedades.
Micah tiene ahora 13 años y, aunque su vida no es nada fácil, sigue adelante y se niega a rendirse. Estamos muy agradecidos por tener finalmente un iSTAT para poder mantenerlo más seguro y, con suerte, disminuir una de las partes más difíciles de su viaje.